Y es que, a pocos meses de haber “iniciado” la revolución del talento humano, que realmente es una re-expresión y focalización hacia nuestro talento, estos grandes retos, vienen a poner a prueba, los cambios y optimizaciones en aquellas organizaciones que se han atrevido en recorrer este camino; y al mismo tiempo, ha venido a retar y estresar a todas aquellas que por alguna razón no han iniciado.

• ¿Cómo lograr re- alinear sus objetivos?
• ¿Como avanzar en una medición continua y alcanzar sus metas?
• ¿Cómo atraer el mejor talento, sin poner en riesgo a mi organización derivado de esta crisis sanitaria?
• ¿Cómo mantener mi talento, mi operación y sobrevivir en este momento de crisis?

Hay que ser claros, en todos los casos se han tenido que realizar ajustes, pequeños y/o grandes; en los casos en donde ya hay camino de la transformación recorrido, los ajustes han sido pequeños y en un sentido de calibración. Calibración que les ha permitido a las empresas, realinear sus objetivos y metas, logrando que su talento trabaje orientado a los nuevos objetivos definidos; en este sentido ejemplos como:

• Inteligencia artificial en el reclutamiento
• Vista 360 de estructuras organizacionales y el impacto del COVID19 en las mismas
• Redefinición de objetivos y un monitoreo continuo de los mismos en todos los equipos de trabajo
• Nuevas competencias, basadas en el trabajo remoto y en modelos híbridos (en sitio – remoto)

Han puesto a algunas organizaciones en un nivel diferente para enfrentar esta crisis, avanzando, desarrollando, reteniendo e incluso incorporando nuevo talento y nuevos productos a su portafolio y/o esquema de atención.

Pero, en casos en donde la transformación no se ha iniciado y en donde los cambios, han tenido que ser mas fuertes y drásticos, hemos sido testigos de lo que se puede lograr y no, con cambios orientados en una transformación digital, que deben estar acompañados por una fuerte creencia del liderazgo organizacional y de su impacto en las empresas, por el momento en el que se realizan.´´